Ensalada de garbanzos andaluz

Receta ↓ Ángela Solar

¡La ensalada de garbanzos andaluza es una explosión de sabores y texturas! Con ingredientes frescos y auténticos, esta receta te transportará directamente a Andalucía. ¡Prepara tu paladar para una experiencia culinaria inolvidable!

Los imprescindibles de tu ensalada

Para que tu ensalada brille con luz propia, necesitas ingredientes que despierten todos los sentidos y te lleven en un viaje directo al sur de España.

• Garbanzos – Si tienes tiempo, te recomiendo los secos, que habrás mimado en remojo desde la noche anterior. Su textura es única e incomparable. Pero tranquilo, si el tiempo no está de tu lado, unas legumbres enlatadas pueden rescatarte.
• Aceite de oliva virgen extra – Este es el secreto de un buen plato: un aceite que sea pura esencia mediterránea. No escatimes en calidad, es el toque dorado que enamora.
• Verduras frescas – Pimientos, cebolla y tomate, todos recién cortados, para darle ese estallido de frescura y color a tu ensalada. ¡Que crujan con cada bocado!
• Hierbas aromáticas – Un puñado de perejil o cilantro fresco, picado con cariño, que aportará notas verdes y mucha personalidad.
• Condimentos – La sal y la pimienta son fundamentales, pero no te olvides de una pizca de comino. Es el abrazo cálido que necesitan tus legumbres.
• Vinagre – Opta por un vinagre con carácter, como el de Jerez, que juegue a la perfección con la untuosidad del aceite y el sabor profundo de los garbanzos.

Antes de sumergirnos en el maravilloso mundo de la ensalada de garbanzos andaluza, ¡hay algunos pasos esenciales que no debemos olvidar!

• Ingredientes de calidad – ¡No hay nada como el sabor de ingredientes frescos y auténticos! Por eso, te recomiendo encarecidamente que elijas productos de temporada y, si puedes, de origen local.
• Cocción y enfriado de los garbanzos – Yo soy una gran fan de los garbanzos secos y siempre los cocino en casa. Si optas por esta opción, recuerda ponerlos en remojo desde la noche anterior y cocerlos al día siguiente. Pero si prefieres un atajo, los de bote también son una opción estupenda. Solo asegúrate de enfriarlos antes de usarlos.

¡Es hora de elaborar el aliño!

Un buen aliño puede marcar la diferencia entre una ensalada rica y espectacular.

Mi recomendación es que utilices siempre aceite de oliva virgen extra de primera calidad. El momento perfecto para sacar a relucir ese aceite especial que guardas para ocasiones especiales es durante el aliño.

Para el vinagre, opta por uno suave como el de Jerez o el de Módena. Buscamos que el aliño aporte acidez sin enmascarar el sabor de los elementos principales.

En cuanto a las hierbas aromáticas, el perejil fresco es mi opción preferida. Pero si prefieres el cilantro, ¡adelante! Lo importante es que el aliño refleje tus preferencias y le dé tu toque personal a tu plato.

Para emulsionar el aliño, puedes usar unas varillas o una túrmix.

Una vez que tengas el aliño listo, ¡es el momento de aderezar la ensalada! Pero no te pases, recuerda que el aliño está para realzar el sabor de los ingredientes, no para ahogarlos.

¡Dale vida a tu ensalada andaluza!

Sigue estos pasos para unir los ingredientes y aliñarla de manera que todos los sabores se potencien y creen una auténtica fiesta en tu boca.

1. En un bol grande, mezcla los garbanzos cocidos y enfriados junto con las verduras frescas y crujientes: pimientos, cebolla y tomate. ¡No olvides que la frescura es clave para un sabor inigualable!
2. Añade el perejil o cilantro fresco picado, mezclando suavemente para incorporarlo a los demás ingredientes. Personalmente, soy fan del perejil, pero el cilantro también le da un toque genial.
3. Vierte el aliño, asegurándote de que se distribuyan uniformemente. ¡Este es el momento de que tu ensalada se llene de sabor!
4. Revuelve suavemente  para que todos los ingredientes se impregnen bien del aliño. Mi recomendación: prueba un poco ahora y ajusta si es necesario.

Y por último, pero no menos importante, ¡disfruta de tu ensalada de garbanzos andaluza! Puedes servirla como plato principal acompañada de pan casero o como entrante en una comida más elaborada.